Solar Impulse – dar la vuelta al mundo en un avión solar
El
sueño de flotar en el aire y recorrer distancias largas sin utilizar energía
fósil está a punto de hacerse realidad gracias a la aeronave Solar Impulse.
En
el año 2015 los pioneros suizos Bertrand Piccard y Andrés Borschberg aspiran
por primera vez en la historia a dar la vuelta al mundo en un avión solar
(HB-SIB). Con esta aventura única quieren demostrar que se pueden franquear las
fronteras de lo posible si se tiene una clara visión; al mismo tiempo pretenden
promover la sostenibilidad de la explotación de los recursos naturales
utilizando la aeronave como soporte publicitario. Esta actitud se corresponde
con el compromiso de Suiza con el fomento de las energías «limpias», motivo por
el cual la Confederación apoyó en sus inicios el proyecto.
Vuelta
al mundo
En
marzo de 2015 tendrá lugar el vuelo inaugural: Solar Impulse sobrevolará la
Tierra en varias etapas desde la región del Golfo con escalas en la India,
Myanmar y China. Después tendrá lugar la travesía del Pacífico (cinco días y
cinco noches con solo un piloto), una parada en Estados Unidos y finalmente la
travesía del Atlántico (4 días y 4 noches) en dirección al sur de Europa,
África del norte y finalmente volviendo al lugar del despegue inicial. Dado que
la cabina de pilotaje está concebida para un solo piloto, se aprovechan las
escalas principalmente para hacer un relevo a los mandos, pero también para
presentar el proyecto al público y a las instituciones políticas y científicas.
Espíritu
de innovación suizo y colaboración público-privada
La
aeronave Solar Impulse está concebida de tal manera que puede mantenerse en el
aire durante el día y la noche sin recurrir a carburantes fósiles. Ello es
posible gracias a la extraordinaria aerodinámica y a la eficiencia energética
del avión (tres veces mayor que las de un avión comercial). Un equipo de
técnicos y científicos de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) bajo
la dirección del ingeniero aeronáutico Borschberg y del psiquiatra vaudense
Piccard se han involucrado en esta empresa pionera. El hecho de que se realice
este trabajo innovador en Suiza no es una sorpresa si se tiene en cuenta la
larga tradición de este país en fomentar la inversión en investigación y
desarrollo de productos innovadores. ¿Sabía usted por ejemplo que el café
instantáneo, la cremallera y el velcro, el chocolate con leche o el ratón
mecánico fueron inventados en Suiza?
La gran capacidad innovadora de Suiza queda también demostrada en los ránkings
internacionales en este ámbito (p.ej. el Informe de Competitividad Global o
el Índice Mundial de Innovación), en los que Suiza ha alcanzado la primera
posición en repetidas ocasiones en los últimos años. Estos resultados son
posibles por el alto nivel de la educación (véase al respecto el Times Higher
Education Ranking) y la larga tradición de la colaboración entre el sector
público y el privado, que se ve reflejada en distintos ámbitos.
Explotación
sostenible de los recursos
Como país europeo sin acceso al mar con una superficie pequeña y pobre en recursos naturales, Suiza ha procurado desde siempre hacer un uso eficiente de sus recursos. Además, como principal depósito acuífero europeo Suiza tiene la «responsabilidad» de cuidar los manantiales de los grandes ríos, lo cual ha contribuido a que este país considerara el tratamiento responsable de los recursos (hídricos) como algo normal. Un impacto importante en el país tiene en este sentido el incremento del deshielo glaciar como consecuencia del cambio climático. Con estas repercusiones negativas en la retina Suiza emplea sus esfuerzos para la sostenibilidad de los recursos y una producción energética respetuosa con el clima.
Pequeña en tamaño pero grande en cuanto a su capacidad de innovación, Suiza está comprometida junto con sus socios en hacer del mundo un lugar mejor para vivir, y Solar Impulse es uno de los mejores ejemplos de esta filosofía suiza.
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