Escuchar
música clásica mejora actividad cerebral
Escuchar
música clásica con asiduidad activa los genes asociados con la función cerebral
y ayuda a prevenir las enfermedades neurodegenerativas, según un estudio
publicado hoy por científicos de la Universidad de Helsinki.
Hasta
ahora se sabía que escuchar música representa una compleja función cognitiva
del cerebro que provoca varios cambios neuronales y fisiológicos, pero apenas
se han estudiado sus efectos a nivel molecular.
El
objetivo de la investigación era establecer las alteraciones genéticas
producidas por la música clásica, y para ello se analizó la sangre de un grupo
de 48 personas antes y después de escuchar el Concierto para violín número 3 de
Mozart.
El
estudio, dirigido por el profesor de la Universidad de Helsinki Chakravarthi
Kanduri, concluye que escuchar música clásica con frecuencia aumenta la
actividad de los genes implicados en la secreción de dopamina, la
neurotransmisión sináptica, el aprendizaje y la memoria.
Asimismo,
contribuye a hacer menos activos los genes involucrados en la degeneración del
cerebro y del sistema inmune, lo que disminuye el riesgo de contraer
enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson o la demencia senil, según
los científicos.
"Los
efectos genéticos se detectaron sólo en los participantes que son muy
aficionados a la música o músicos profesionales, lo cual destaca la importancia
de que la música resulte algo muy familiar", explican los autores del
estudio.
Curiosamente,
varios de los genes analizados que se activan al escuchar música están
presentes también en los pájaros cantores y son los responsables de que este
tipo de aves aprendan a cantar.
Este
hecho, según los científicos, sugiere que existe "un trasfondo evolutivo
común en la percepción de los sonidos entre los pájaros cantores y los
humanos".
En
su opinión, los resultados de esta investigación ofrecen nueva información
sobre el origen molecular de la percepción musical y la evolución, y abren la
puerta a nuevos descubrimientos acerca de los mecanismos moleculares subyacentes
en la musicoterapia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario